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evagelizar.educando prezi.

viernes, 15 de octubre de 2010


TRABAJO INDIVIDUAL MODULO II

NUESTRA MISION EDUCATIVO-PASTORAL
EVANGELIZAR EDUCANDO.


Presentado a:
LEMMY SOLANO

Presentado por
ALVARO GARCIA GARCIA


DIPLOMADO SISTEMA PREVENTIVO
INSTITUTO TECNOLOGICO SALESIANO ELOY VALENZUELA
BUCARAMANGA
2010


INTRODUCCIÓN

El siglo XXI con los innumerables avances en cada uno de los campos de la ciencia, la tecnología y el arte ha logrado que el mundo se transforme vertiginosa y globalizadamente. En las diferentes latitudes, cada uno de los países ha sido permeado por los cambios, hasta en lo más íntimo de sus culturas, de modo tal y acorde a sus presupuestos han tenido que ponerse a la par con los demás invirtiendo porcentaje vitales de sus recursos en la modernización de sus instrumentos de producción y de sus políticas educativas. Cada país ante esta situación tiene una exigencias educativas puesto que los contextos son completamente diferentes a los de hace algunas épocas atrás, lo que ha generado que los ciudadanos y en especial los estudiantes en las diferentes instituciones se manifiesten con una autonomía y conocimientos insospechados productos de su relación con los diferentes medios.

La familia salesiana no es ajena a esta delicada emergencia Educativa, en este sentido se busca poner en concordancia la acción evangelizadora y educadora de san Juan Bosco y lograr concretar e integrar las políticas de calidad de la educación demandadas por el gobierno y las directrices que expresa el sistema preventivo de Don Bosco en este sentido se requiere una calidad expresa de sus docentes de modo que este enmarcada en la capacidad poseer y vivenciar el carisma salesiano para relacionarse con este tipo estudiantes y poder facilitarle el logro de las competencias necesarias para interpretar, organizar, conciliar las contradicciones y recrear el mundo y acercarlos a la adquisición de un espíritu democrático, pluralista y con altos valores salesianos que les permita vivir en sociedad y docto si es posible en cualquiera de los campos de la ciencia, el arte o la tecnología de modo que fortalezca el desarrollo continuo del país y ampliar la cobertura del espíritu salesiano.

Por ello, en este ensayo se discurre con el amparo de ciertas preguntas sugeridas en la guía del modulo 2 y del apoyo de PEPS de la comunidad educativa para efectuar el análisis comparativo a la luz de estas directrices planteadas con claridad y alcanzar una cercanía a la idea educativa que plasmó Don Bosco o fortalecerla según el caso.

Por último, se ofrece una opinión concerniente a las implicaciones de la vivencia salesiana y se sugieren algunas reflexiones para minimizar la emergencia educativa y promover y rejuvenecer la filosofía de Don Bosco para la actualidad.

NUESTRA MISION EDUCATIVO-PASTORAL
EVANGELIZAR EDUCANDO.


TRABAJO PERSONAL: (ensayo)

Punto de partida: nuestra propia experiencia de ver y sentir la realidad.

1.¿Cómo has entendido y realizado la misión Salesiana de “evangelizar educando”?

Lo comprendo y considero como el don de expresar el sentir del evangélico y espiritual de manera dialógica, abriendo el camino de la comunicación con profunda carga humanística, de modo que nuestros jóvenes actuales acogidos y animados pertinentemente acudan al reconocimiento y comprensión de la importancia de la vida personal y colectiva bajo la presencia de Dios.

Desde esta perspectiva se constituye como un estilo de vida que promueve de esta forma la misión y permite el arraigo de una identidad con unas características particulares propias de la epísteme SALESIANA, que busca para los jóvenes que son manipulados e instrumentalizados por la sociedad de consumo un bienestar de santidad y un camino de posibilidades más humanas y altamente significativas para el apostolado o para el servicio a la comunidad.

Por consiguiente, “evangelizar educando” advierte una experiencia de vida que hace posible la construcción de un carisma vivencial para amar y salvar a los jóvenes a la manera de Don Bosco y profesar una cultura armoniosa de evangelización que fortalezca la fe.

Con la vivencia de maestro Salesiano he aprendido a crear ambientes de formación, apreciar, valorar y educar evangelizando desde las dinámicas artísticas de las artes escénicas, teatro, mimos, payasos, y recreación; que fueron y son, los sentires de Don Bosco logrando impregnar a los participantes de las polifacéticas experiencias que a él lo caracterizaron, y es así, como considero que enseñando a actuar y a conocer el espectro del teatro se es posible, abrir el corazón y se llenarlo de creatividad, para que propenda por ser libre, potenciando su personalidad, para enaltecerse siendo buen cristiano y un honesto ciudadano.

1.¿Cómo es formulada y vivida la misión educativo-pastoral Salesiana en tu propia comunidad educativa?, al consultar el PEPS de la comunidad educativa, señala como se esta llevando a la práctica.

La misión de la Educación-Pastoral en el Salesiano de Bucaramanga según el PEPS E.V.
“ En la página 2 expresa “Somos la comunidad educativo pastoral del instituto tecnológico Eloy Valenzuela formada por SDB y laicos quienes inspirados en el Evangelio y siguiendo las orientaciones del sistema preventivo de Don Bosco, nos sentimos llamados, como iglesia, a evangelizar educando formando integral y corresponsablemente a los jóvenes más pobres para ayudarles a formarse como buenos cristianos y honestos ciudadanos, a tener una sana convivencia y adquirir conocimientos técnicos y científicos, que faciliten su desempeño productivo en el mundo del trabajo y un buen desempeño en la educación superior” )
Su vivencia o puesta a práctica de la pastoral en el Eloy Valenzuela de Bucaramanga:

El Instituto Tecnológico Salesiano además de implementar la pedagogía que Don Bosco se preocupa por facilitar según reza, en la propuesta Educativa, y PEPS pág. 3, desde una metodología basada en:

Adaptabilidad, flexibilidad y creatividad como características salesianas que promueven la capacidad de acogida, y de servicio para hacernos creativos y flexibles en la creación de personas y comunidades.

Comunión, participación y corresponsabilidad: todos juntos, salesianos y laicos, asumimos como propia la misión, y en forma subsidiaria aportamos desde nuestra experiencia.

Solidaridad y compromiso por la justicia: la experiencia de corresponsabilidad y de participación, al interno de nuestras obras y comunidades, que nos lleva a ser solidarios entre nosotros y a extender esta experiencia a la sociedad civil y a la Iglesia, formando líderes sólidos y comprometidos con quienes trabajamos, al lado de cuantos favorecen o aspiran a condiciones de vida más digna y justa.

Optimismo y alegría: somos invitados a confiar en las posibilidades propias y las de los demás, para empeñarnos en la aventura maravillosa de ser hijos de Dios y constructores de un mundo más feliz; por ello cultivamos el sentido de la fiesta, y al mismo tiempo una continua purificación y cuanto negativo y anticomunitario exista en cada uno de nosotros.

Diálogo y comunicación en un clima de amistad fraterna, privilegiamos el diálogo para comunicarnos alegrías y penas, para compartir corresponsablemente experiencias y proyectos educativo-pastorales y para la búsqueda de soluciones.

Educación técnica: implementamos una educación que permite a los jóvenes tener herramientas para enfrentarse al mundo laboral.

PROCESO DE CRECIMIENTO CULTURAL - DIMENSIÓN EDUCATIVO-CULTURAL (CONST. 32. LIBRO DE LA PJS, C 2, 2.1)

Valoración de la persona: Es desarrollar los talentos y aptitudes de los jóvenes, como una persona capaz de asumir la vida en su integridad y de vivirla con calidad y crecimiento humano hasta su plena madurez en el encuentro con la persona de Jesucristo, para descubrir en Él el sentido de su propia vida.

Promoción personal básica: orientación – valores para su desarrollo armónico e integral: Es ayudar a los jóvenes a crecer de manera personal y social tanto en su relación con los demás como a una inserción crítica y activa en la cultura mediante su promoción laboral y profesional para que lleguen a ser protagonistas de su existencia, de su formación y de la búsqueda del bien común porque han hecho su proyecto de vida orientado al servicio de los demás.

Asimilación crítica y constructiva de la cultura: Es promover una cultura centrada en el ser y no en el tener, en la persona y no en las cosas, en la ética y no en el poder técnico, económico o político, en el valor de la comunidad y no el individualismo, en la defensa de la vida y en la apertura a la trascendencia.
Para ayudarles a descubrir en la riqueza cultural lo bello, lo noble y lo puro para el ser humano y su pleno crecimiento en una sociedad más justa y humana.

Formación escolar: Es favorecer una amplia oferta de experiencias educativas que permiten el protagonismo, la socialización, la formación científico-técnica y académica, de los jóvenes, buscando metodologías adecuadas que hacen posible el sistema preventivo de Don Bosco mediante intervenciones sistemáticas sobre los individuos, la sociedad, las instituciones, los procesos y las interacciones humanas.

Promoción profesional (capacitación): Es brindar formación técnica adaptada a los jóvenes más necesitados, que los haga competentes de participar con idoneidad en la vida social y laboral promoviendo su competencia profesional y atendiendo a cada persona y su diversidad a través de un acompañamiento y orientación pastoral desde una propuesta educativa integral.

Asunción de valores – formación de la conciencia: Es desarrollar una pedagogía que lleve a la personalización de los destinatarios porque han captado lo importante y bueno en la experiencia del valor, comprendido y hecho conciencia de la necesidad de incorporarlo e interiorizarlo en la propia existencia para que luego elija un valor fundamental en el desarrollo de su vida.

La formación de la conciencia es el proceso que permite integrar la capacidad del juicio y el discernimiento ético sobre los modelos culturales y las normas de convivencia social, a partir de experiencias de libertad responsable de compromiso y solidaridad.

PROCESO DE CRECIMIENTO SOCIAL Y COLECTIVO – DIMENSIÓN DE LA EXPERIENCIA ASOCIATIVA (CONST. 33 LIBRO DE LA PASTORAL JUVENIL SALESIANA, C 2, 2.4)

Crecimiento en experiencias grupales - asociativas, en redes asociativas y pertenencia al MJS (Movimiento Juvenil salesiano): Es desarrollar la capacidad de vivir y percibir en profundidad el valor del otro y de la comunidad, como tejido de relaciones interpersonales; madurar en la disponibilidad al participar e intervenir de manera activa en el propio ambiente y privilegiar la relación educativa y pastoral, donde educadores y jóvenes viven la familiaridad y la confianza que abre los corazones, a través del trabajo grupal y en equipo. Para iniciarlos en el compromiso social educándoles en la responsabilidad del bien común. Profundizando en la experiencia de Iglesia como comunión, servicio y descubriendo, madurando la propia decisión vocacional en el conjunto social y eclesial.

Crecimiento como “honestos ciudadanos” – formación socio política: Es educar en las responsabilidades morales, profesionales cívicas y sociales colaborando con los jóvenes en la promoción de la sociedad y del ambiente, rechazando cuanto favorece la miseria, la injusticia y la violencia, manteniéndose independientes de toda ideología y política de partido para desarrollar la autoestima, superar actitudes de dependencia y capacitarse con competencia en el ejercicio de una ciudadanía activa.

Formación como animador: Es preparar al joven para que desarrolle una función precisa e indispensable en la vida de un grupo, estimulando su crecimiento, ayudándolo a superar las crisis, buscando de manera conjunta nuevas perspectivas de reflexión y de acción ofreciendo elementos de crítica y de profundización para que los miembros sean capaces de evaluar sus deseos y propuestas, favoreciendo la comunicación y apertura de cada uno a los demás y acompañándolos en su proceso de crecimiento humano y en perspectiva cristiana.

Crecimiento familiar: Es favorecer el crecimiento de jóvenes, adultos, padres de familia y educadores en un conjunto de valores vitales: alegría, amabilidad, confianza, respeto, tolerancia, para que las relaciones interpersonales hagan que nuestras obras sean "casa que acoge".

PROCESO DE EDUCACIÓN Y MADURACIÓN EN LA FE DIMENSIÓN EVANGELIZADORA-CATEQUÍSTICA (CONST. 34-35-36 LIBRO PJS, C 2, 2.2)

Crecimiento religioso y apertura al trascendente: Es desarrollar la dimensión religiosa hasta llegar a ser educadores en la fe con nuestro testimonio personal (gestos, actitudes, comportamientos) y comunitario (palabra, sacramentos e Iglesia) para que abiertos a la trascendencia podamos ser signos creíbles de Cristo en medio de los demás.

Asunción del camino del Evangelio- Conversión: Evangelizar es llevar la Buena Nueva de Cristo a todos los estratos de la humanidad para transformarla desde dentro.

La evangelización y la catequesis de los jóvenes es la primera y fundamental finalidad de nuestra misión. Por tanto cualquier actividad, comunitaria o personal, se justifica sólo cuando está dirigida, organizada y llevada a cabo para la evangelización de los jóvenes.

Iniciación cristiana, catequesis permanente e inserción en la vida eclesial: Consideramos la catequesis como una acción prioritaria pues ofrece el testimonio y anuncio de Cristo y de su misterio de salvación de una manera explícita enfatizando en la formación religiosa crítica y sistemática, con actitud de apertura, respeto y diálogo ante diversas propuestas religiosas. Por eso evangelizamos educando y educamos evangelizando.

Es ayudar a descubrir y amar la Iglesia “pueblo de Dios y centro dinámico de unidad y salvación del mundo” (Const. 44). Encaminando y proponiendo a los jóvenes una fuerte experiencia de vida eclesial con su entrada y participación en una comunidad de fe. Para aportar a la transformación del mundo y de la Iglesia, haciendo de ellos los primeros e inmediatos apóstoles de los jóvenes (AA12).

Educación y maduración de la fe: Es acompañar y fermentar el desarrollo humano de los jóvenes al proponerles un itinerario continuo de conversión y maduración cristiana para orientar su vida hacia la plena madurez en Cristo. Procuramos, por tanto, partir del punto en que se encuentra la fe de cada uno y seguimos atentamente su desarrollo y posibilidades en cada etapa evolutiva del ser humano.

Iniciación y vivencia en la vida litúrgica: Iniciamos a los jóvenes en la participación consciente y activa en la liturgia y de modo particular en la celebración de los sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía. La escucha de la Palabra y la oración". Les proponemos un itinerario formativo que de manera gradual y diferenciada teniendo en cuenta la edad y el desarrollo evolutivo de la fe cuida la formación del sentido religioso del siglo, para que celebrando pueda participar en la vida comunitaria de la iglesia.

Vivencia de la espiritualidad juvenil salesiana: Promovemos ambientes ricos en espiritualidad y de una manera especial la juvenil y salesiana, que siendo fuente de vitalidad evangélica y elemento fundamental de la acción pastoral mueva al joven a vivir los valores que promueve en su proyecto personal de vida, para que pueda hacer una síntesis entre fe, vida y cultura.

Compromiso en la construcción del Reino de Dios: Es asumir como propia la misión de Jesús, en las realidades temporales y con el estado de vida que cada cual elija. Estimulando y profundizando los procesos de humanización y promoción de las personas, de los grupos, según el estilo y modelo de Jesucristo hacemos posible el sueño de Dios.

PROCESO DE DISCERNIMIENTO Y OPCIÓN VOCACIONAL DIMENSIÓN VOCACIONAL (CONST. 37. LIBRO DE LA PJS, C 2, 2.3)

Asunción de la vida como vocación: Es promover en las comunidades un clima de familia, de acogida y de fe, con una actitud de confianza y de apertura al don de Dios, alimentado en la oración frecuente por las vocaciones, dialogando y haciéndose presente entre los jóvenes, siendo testimonio creíble y visible. Manifestándose como modelos válidos de identificación para hacer la propuesta vocacional a tiempo y destiempo, sin dejar pasar ocasión.

Educamos de manera clara y explícita a los jóvenes para que desarrollen su propia vocación humana y bautismal, con testimonios personales y comunitarios significativos, profundizando, en las diversas etapas del itinerario de educación en la fe, del tema vocacional y con participación activa en la vida de la comunidad eclesial a través de los grupos y movimientos apostólicos considerados lugares privilegiados de maduración cristiana y vocacional.

Asunción de la vida Cristiana como Vocación: Es ayudar a los jóvenes, de manera atenta y gradual, a colocarse frente al propio futuro con actitud de responsabilidad y generosidad, asesorándolos en la escucha de la Palabra para discernir la voluntad de Dios en su historia personal y comunitaria, llevándolo a concretarla en la formulación de su proyecto personal de vida, ofreciendo los elementos de confrontación y experiencias de vida, que les permita llegar a optar por una vocación específica en la iglesia.

Opción vocacional específica: Promovemos el discernimiento de una opción vocacional que dé sentido a la vida, con la maduración de una posible vocación laica, consagrada o sacerdotal para bien de toda la Iglesia y la Familia Salesiana. Dando a conocer nuestra experiencia y carisma específico en la orientación y promoción de las vocaciones, para fortalecer las vocaciones en la Iglesia y la variada gama de propuestas específicas que ofrece la familia salesiana.

Apertura y compromiso misionero: Es, siendo jóvenes entre los jóvenes, descubrir las semillas del Verbo de Dios en los grupos humanos en los que nos in culturamos para proponer los valores del evangelio, haciendo nuestras sus angustias y esperanzas a ejemplo del Hijo de Dios. Para realizar una obra de paciente evangelización y crecimiento de la Iglesia al estilo salesiano”.

Prioridades del PEPS en el Eloy Valenzuela (Bucaramanga)

Las siguientes prioridades resultan desde la lectura de la realidad mediante el análisis DOFA y las prioridades, opciones que se enmarcan dentro de la inspectoría.

Prioridad 1: Conocer la realidad juvenil de nuestros destinatarios para incidir positivamente en ella.

Estrategias Líneas de acción Indicadores de Evaluación
Orientando las intervenciones según las necesidades del contexto local y las detectadas en el estudio de realidad juvenil.

Formando para el discernimiento desarrollando una pedagogía en valores.

Consolidando una pastoral familiar corresponsable con la misión salesiana. Elaboración del estudio de la realidad juvenil y organización de las intervenciones de acuerdo a sus resultados.

Proyecto de ética que busca educar desde y para el discernimiento

Estudio de la realidad elaborado, que sirve como guía para la elaboración de los planes y proyectos de la institución.

Proyecto de ética elaborando y en ejecución en la institución por parte de cada director de curso.

Prioridad 2: Potenciar el asociacionismo como espacio educativo y de protagonismo juvenil, integrando jóvenes y adultos.

Estrategias Líneas de acción Indicadores de Evaluación
Implementando el Plan Formativo con los Animadores Juveniles de nuestra obra.

Ofreciendo variedad de grupos asociativos animados por jóvenes y adultos

Conociendo y apropiándonos de las leyes, políticas de juventud y derechos humanos por todos los jóvenes de la obra.
Realizar encuentros desarrollando el plan formativo con los animadores de grupos asociativos.
Consolidación del equipo EAL
Ofrecer el sábado como espacio de asociacionismo.
Invitar constantemente a los jóvenes para participar en los grupos.
Desarrollar el diplomado con jóvenes y adultos.
Estudio de la ley de juventud en el área de sociales.
Encuentros desarrollados y líderes formados.

Equipo EAL conformado
Grupos asociativos que funcionan el sábado.
Propaganda del asociacionismo

Plan de sociales que contiene el estudio de las leyes de juventud.

Prioridad 3. Evangelizar a nuestros destinatarios llevándolos al encuentro con Cristo hombre perfecto, mediante la vivencia de la espiritualidad juvenil salesiana, invitándolos al compromiso vocacional.

Estrategias Líneas de acción
Evangelizando a través de las áreas, en especial la ERE y desde la cotidianidad (a través del ejemplo).

Brindando espacios de retiro y convivencias trabajando el aspecto espiritual

Implementando de procesos evangelizadores con clara orientación misionera, articulada en itinerarios de educación en la fe.

Elaborando el proyecto de vida.

Brindando experiencias de apostolado con opción específica de compromiso social
Cualificación de la ERE y pastorización de las áreas.
Asumir las orientaciones y propuestas ofrecidas por el servicio catequístico.

Retiros y convivencias por niveles con espacios concretos de celebración y espiritualidad.
Desarrollo del proyecto laicos con la CEP

Espacios para la vivencia sacramental

Prioridad 4 Fortalecer el sistema preventivo dentro del quehacer educativo de la obra.

Estrategias Líneas de acción
Estudiando el sistema preventivo contada la CEP.

Implementando la asistencia como parte fundamental del sistema preventivo.

Trabajando el trinomio razón, religión, amor con toda la CEP

Implementando la preventividad en el quehacer educativo.
Presentar material de estudio del SP
Creación de equipos de estudio.

Trabajar el lema de la asistencia

¿Qué es para ti educar y que te propones alcanzar con la labor educativa? ¿Qué es para ti educar?

Considerando que la educación sufre un cuestionamiento permanente, la entiendo como la transformación cultural que se da en los sujetos de una sociedad que solo encuentra identidad en su misión, al crear ambientes favorecedores de solidaridad, convivencia, encanto por la vida, sensibilidad, espiritualidad, bondad, contacto con la cultura, con la incerdumbre y con la creación. Es esa dinámica que nos alienta a modificar nuestras estructuras cognitivas y actitudinales, muchas veces acrisoladas y arrinconadas por los síndromes de privación cultural que producen nuestros contextos donde habitamos. Por ello educar, tiene que ver con provocar en los sujetos ese entusiasmo por ser mejores personas cada día.

Educar, en la actualidad se constituye como la acción mediadora, comunicativa y de acompañamiento, en pro de labrar un camino de contemporaneidad, ofreciéndoles a los mediados ocasiones para asimilar la cultura desde todos los campos de la sabiduría humana, con criticidad, espiritualidad y transcendencia comunitaria. Por ello, Educar, es comunicar dialógicamente, y educar salesianamente, es creer en esta espiritualidad para redescubrir con los jóvenes la pasión por la vida a la manera de Don Bosco. Para el educador, la pasión por la vida se constituye como la pasión educativa, que no es otra cosa, que creer en las fuerzas vivas del joven y poner la competencia, la experiencia, el entusiasmo, el optimismo y la fe al servicio de su crecimiento personal, social y evangélico.

¿Qué te propones alcanzar con la labor educativa?

Mi vida de educador siempre ha sido y será, lograr que se fortalezca la exigencia por propender por una calidad humana y altamente ética, transparente, significativa; que permita a los jóvenes desarrollar su pensamiento con conocimiento de causa, desarrollando sus capacidades desde dinámicas y procesos cognitivos y metacognitivos que los alerte a dejar de ser impulsivos y a trabajar por ensayo y error, para que en su lugar se piense inteligentemente para actuar de la misma manera.

Iluminar y confrontar.
Tomando los referentes que anuncia la guía se responde a los siguientes interrogantes.

a. ¿Qué quiere decir cuando se afirma, a partir de los evangelios, que Jesús comprendió y realizó su misión como “evangelizador”? (cf.2.1 la misión de cristo es evangelizar. Pp.23 – 31).

omando los referentes que anuncia la guía

Comprendió y realizó su misión de evangelizador, porque no solo predico, sino que es verbo, es acción, es ejemplo de vida, porque toda esta la vivió y puso en práctica, para que los demás le viéramos y aprendiéramos a tener un estilo de vida en armonía, con Dios, con los demás, y con el entorno; nos enseño y mostro un camino para llevar una vida, con toda libertad, libre de ataduras, opresiones, sufrimientos.

Jesús signo portador del amor de Dios, especialmente a los más necesitados, realiza un plan salvador, una preparación de anuncio en la venida del reino de Dios, que presenta una forma de vida con plena liberación de toda forma de opresión, impartiendo justicia, y sobre todo instaurando la defensa de los derechos de os más débiles, y como fruto la consolidación de la paz, la fraternidad y la alegría.

Jesús se presenta, con su vida, con su palabra y con los signos de toda su acción, como el evangelizador y el servidor del reino de Dios. Su causa a cuyo servicio se dedicó con fidelidad total y por la que entrego su vida, fue la causa del reino. Es más, al anunciar la buena nueva del reino de Dios, invita a la conversión y a su seguimiento para que ese reino pueda seguir siendo conocido, anunciado, servido (cf. Lc 9,1-6 y par.; Lc10,1-12) y así fuese proseguida su causa.

b. Que implicó, que repercusión tuvo y que consecuencia trajo en el contexto que vivió Jesús, la proclamación de la buena noticia del reino de Dios que Él hacia y realizaba con sus obras? (cf. Pp. 31–38)

El Reino de Dios para Jesús conlleva una transmutación, un cambio radical de todo aquello que niega o se opone al Proyecto de Dios, el anti-reino.
En un mundo donde impera la violencia, la amenaza, el temor y la muerte, Jesús ofrece la vida en abundancia y trae la verdadera paz, (Jn 10,10; Mc 3,4: Jn 14,27).

En una sociedad con múltiples formas de esclavitud y empobrecimiento, Jesús proclama la Buena Noticia de la Liberación de todas las servidumbres. ( Lc 4,18-21).

En un mundo estructurado según la ley de la competitividad y la exclusión, en el que predominan relaciones de dominio y opresión, Jesús afirma la igualdad y la solidaridad de hermanos y hermanas. (Mt 20,20-28; 1-6,10).
Frente a la acumulación excluyente y egoísta de la riqueza, Jesús propone la necesitad de compartir los bienes de la creación. (Lc 12,33-34; 18,18-27; Lc 14,33; 12,33-34).

Frente a la búsqueda de prestigio y privilegios, Jesús defiende el valor y la dignidad de todas personas como hijo e hija de Dios y la igualdad de todos los seres humanos en la fraternidad. (Mt 20,20-28; 11,25-27; Lc 14,7-11).

Ante las estructuras aplastantes y totalitarias del poder, Jesús contrapone la actitud del servicio a la comunidad. (Mt 23,11-12)

Contra la absolutización de la ley, Jesús afirma que ésta debe estar a servicio de las personas y no lo contrario, y proclama como código que regula la vida humana; el mandamiento nuevo del amor.(Jn 13,34-35; 15,12-13; Lc 10,25-37)

Ante el fariseísmo legalista y ritualista, Jesús afirma que el culto y la práctica de la justicia. (Mt 9,10-13; 12,1-8; 23,23)

En oposición a la hipocresía y la mentira, Jesús proclama la verdad que nos hace libres (Jn 8,31-32; 18,37).

Para Jesús, el Reino de Dios no se establece intrascendentemente, dejando a la persona, al mundo y a la sociedad inalterada como si no pasase nada. La Buena Noticia exige y comporta el cambio radical de las situaciones generadoras de violencia y de muerte, de injusticia y exclusión en las que se vive, Por esta razón Jesús encontró constantemente oposición, padeció, fue condenado a muerte, y anuncio también a sus discípulos, persecución, cárcel, torturas y muerte.

Siendo la misión de la iglesia, y su identidad mas profunda, en continuidad de la misión de Jesús, la de “Evangelizar”¿Cómo puede la iglesia llegar a ser hoy verdaderamente evangelizadora? (cf.2.2 La iglesia: una comunidad evangelizada y evangelizadora. Pp. 38 – 46)

Que retome los caminos de la educación y formación para el desarrollo de una pastoral evangelizadora, donde pueda corregir, las dificultades y problemas generados por políticas auto dictarías y trascendentales, que han generado un deteriora miento de la imagen en sus representantes y de algunas directrices, que han permitido hacer ver como una iglesia con paradigmas y dogmas.

La iglesia de hoy debe, ser más participe, más verbo presente, en la evolución de la cultura y el desarrollo de la comunidad, entendiendo en ella, que es cambiante y transformante y que se debe de retomar lo humano, lo sensible, la compasión; la pastoral del siglo XXI debe de preocuparse más por el desarrollo de capacidades volitivas, donde se retome a la iglesia como ente generador y formador de valores y comportamientos humanos, no participar en las políticas del poder y desarrollar programas que permitan al hombre y sus sociedades a ser más tolerantes, mas comprensivos, que la evangelización se practica con ellos de cambio de actitudes de sus representantes ante el poder.

Una alternativa de solución, ante la mayor dificultad que se tiene hoy en la evangelización se pueda dar con el diálogo entre la fe y la cultura, se precisa que ambas se encuentren en algún lugar. En este sentido, los Evangelizadores están llamados a ser un lugar privilegiado para ese encuentro, un laboratorio donde se ensaye la síntesis de la fe cristiana con la cultura de hoy, esto como finalidad pastoral irrenunciable, puesto que el compromiso por la justicia sólo resulta eficaz cuando comporta la transformación de la cultura.

La re-evangelización que la iglesia debe tener en cuenta, para fortalecer la pastoral es:

Que sirva de plataforma de cercanía y diálogo, entre la fe cristiana y los puntos nucleares de las culturas contemporáneas, convencidos de que nuestra identidad creyente y sus valores educativos son una palabra válida y necesaria.

Que sea auto-cuestionador, sobre como evangelizar en el contexto de una nueva cultura, con todos sus aspectos positivos y perplejidades y como desarrollar una pastoral en donde se base en educación en valores en un mundo que parece haber perdido coordenadas fijas.

Una pastoral consecuente, donde se aprecian las características y problemas más acudientes del lugar en que se vive, que acoja y asuma los rasgos distintivos de otras civilizaciones y sus transformaciones cada vez mas presente entre nosotros.

Nosotros queremos confirmar una vez más que la tarea de la evangelización de todos los hombres constituye la misión esencial de la Iglesia; una tarea y misión de los caminos amplios y profundos de la sociedad actual hacen cada vez más urgentes. Evangelizar constituye, en efecto, la dicha y la vocación propia de la Iglesia, si identidad más profunda. Ella existe para evangelizar.

Para realizar la justicia social en las diversas partes del mundo, en los distintos Países, y en las relaciones entre ellos, son simple necesarios nuevos movimientos de solidaridad de los hombres del trabajo y de solidaridad con los hombres del trabajo (…). La Iglesia está vivamente comprometida en esta causa, porque la considera como su misión, su servicio, como verificación de su fidelidad a Cristo, para poder ser verdaderamente la “Iglesia de los pobres.” (no.8).

Como Comunidad creyente, en el seguimiento de Jesús, “Evangelizador de los pobres” (Lc 4,18:7,24), la Iglesia tiene conciencia de que el encuentro con Jesús vivo, se realiza en forma privilegiada en el encuentro con los empobrecidos en un mundo globalizado en torno al mercado total que excluye de la mesa de la vida a la mayoría de los habitantes de la tierra. Es la Iglesia que se propone ser “Sacramento de liberación, de comunión y de vida”, fermento, signo, testimonio, primicia, instrumento a servicio del Reino. Una Iglesia en la cual cada comunidad se constituye como sujeto evangelizador, toda ella corresponsable de llevar adelante la misión de Jesús.
c. ¿Cuáles son las dimensiones y mediaciones con las cuales la iglesia realiza su misión evangelizadora y que significa e implica cada una de ellas? (pp. 31-38)

d. Iglesia Samaritana, servidora de la humanidad: La Iglesia se mueve a compasión, se encarga de él, lo sana de sus dolencias en actitud de servicio, de solidaridad y amor eficaz.

La Iglesia, se siente enviada a “anunciar la Buena Nueva a los pobres y la liberación a los oprimidos” (Lc 4,16-22); Ella debe anunciar y encarnas el Nuevo Mandamiento del Amor, como signo de reconcomiendo de que somos discípulos de Jesús. ( Jn 13,34-35).

Servidora de la humanidad, a ejemplo de Jesús quien “no vino a ser servido, sino a servir y a dar la vida” (Mt 20,28), para que todos tengamos vida y vida en abundancia (Jn 10,10).

e. Iglesia Hogar, de comunión fraterna y de participación: La comunidad eclesial debe llegar a ser una casa que acoge a todas las personas sin distinciones ni discriminaciones, una comunidad en la cual se creen permanentemente vínculos de fraternidad, se tejan lazos de familiaridad, de amistad y de compañerismo, y en la que se “amen cordialmente los unos a los otros” (Rm 12,11-21).

Así como el pueblo necesita pan, techo, educación y salud, también necesita afecto y es capaz de dar cariño.

Sus necesidades un espacio de fraternidad, que acoge a las personas y les ofrece la posibilidad de integrarse a una familia-comunidad de hermanos y hermanas.

La comunidad cristiana, que somos todos, debe llegar a ser un espacio en donde se puedan compartir las penas y las esperanzas; una comunidad en la que todos se sientan partícipes y corresponsables teniendo en cuenta la diversidad de los carismas con que el Espíritu Santo la ha enriquecido.

f. Iglesia Profética, que a través de la Palabra que ilumina e interpreta y el testimonio de la vida la Buena Nueva de Jesucristo: Por vocación y misión la comunidad cristiana es educadora de la fe mediante la catequesis, la Educación Religiosa, a la predicación y todas las mediaciones del anuncio de la Palabra.

Iluminada por la Palabra de Dios, lee e interpreta permanentemente el acontecer de la vida y los hechos de la historia dentro del Plan de Dios, descubriendo su presencia, su actuar y sus interpelaciones en los signos de los tiempos y de los lugares (Mt 16,1-4). Signos de liberación, de vida, de esperanza, de comunión, de solidaridad.

Consuela al pueblo en medio de sus dolores y crucifixiones, lama a la conversión y avizora y anuncia un futuro lleno de esperanza, donde el amor de Dios colmará los corazones, la humanidad y la creación entera.

g. Iglesia Santuario, celebra la Pascual de Cristo en la vida y en la historia: El hambre de pan es un mal que debe se vencido, erradicado y una necesidad que debe ser satisfecha. El hambre de Dios y la ser de justicia es un bien inagotable, que siente la cercanía, la presencia y el amor de Dios en su caminar y necesita expresar sus creencias personal y colectivamente, a través de celebraciones, fiestas y símbolos.
la comunidad creyente “Santuario”: un espacio donde como comunidad y personalmente puedan encontrase con Dios y con los hermanos, una escuela de oración que llega a ser “Cuerpo de Cristo” (1 Co 12,27; Rm 12,4-8) y “Templo del Espíritu Santo” (1 Co 6,19; 3,16-17) en donde se pueda expresar y celebrar “el culto en espíritu y en verdad” (Jn 4,23), manifestar y sentir la oración que nace de la vida cotidiana y se revierte como gracias, fortaleza y esperanza en el vivir de cada día.

h. ¿Por qué decimos que la educación es el lugar y la mediación de nuestra acción evangelizadora? (cf. 2.3 evangelizar educando. Pp.38-46).

Porque la educación es el lugar y la mediación para realizar aquí y ahora, la Utopía de Jesús, en el Reino de Dios. Evangelizamos, hacemos presente entre nosotros y en nosotros el Proyecto de Jesús mediante la Educación. Por eso definimos nuestra misión como “Evangelizar educando”. A su vez, se puede decir que al ir construyendo el Reino de Dios, también estamos educando, formando personas nuevas a imagen de Cristo y construyendo una nueva sociedad como signo del Reinado de Dios en el mundo. Evangelizar estamos al mismo tiempo formando las personas integralmente y gestando un mundo nuevo.

Centro educativo evangelizador es, pues, el que se refiere últimamente a Jesús y su Buena Noticia como modo de ver e interpretar la realidad. Toda Identidad, a la hora de la práctica, se sustente en una opción educativa y en un modelo. Por eso la Escuela Católica, como finalidad educativa irrenunciable, requiere ofrecer un proyecto de centro coherente, en el que se fundan armónicamente fe, cultura y justicia, en el que se evite la divergencia entre la pastoral y lo educativo y en el que se sepa evolucionar desde un proyecto del Departamento de Pastoral a un proyecto de Centro Evangelizador

Cada educador, desde su carisma peculiar, es sujeto activo de la evangelización. Nadie tiene la exclusiva. Hoy este horizonte, por un afortunado avance eclesiológico, se abre con una perspectiva mucho más honda de Iglesia comunión. En el marco de este implícito menciono tres instancias evangelizadoras de especial relevancia:

Equipo Directivo. El desarrollo el proceso educativo integral depende más del liderazgo del Equipo Directivo que de los encargados de la Pastoral, cuya función es definida especialmente desde el papel de mediadores. Al Equipo Directivo corresponde dar sentido a toda l acción educativa y ser correa de transmisión hacia los otros estamentos, venciendo la tentación de vivirse desbordados por la vorágine de una compleja gestión que se impone sobre la fundante misión apostólica.

Profesorado. Con sincero respeto a la libertad y el compromiso de cada profesor, un Centro Evangelizador aspira a crear un clima dentro del Claustro en el que sea posible buscar y comentar su propia visión educativa, su inquietud vocacional, y en el que se potencien en todos los educadores generosas dosis de disponibilidad, más allá de los límites profesionales.

El profesor vacacionado entiende como misión su función docente y se esfuerza por concretarla en cada campo o asignatura, concibiendo su rol de manera nueva: es el que ayuda a buscar conocimientos sin imponerlos, el que guía las mentes sin moldearlas, el que facilita una relación progresiva del alumno con la verdad. Y el que no olvida su pertenencia a una comunidad educativa en la que se comparten valores y objetivos básicos, preocupaciones comunes, y en la que se vive la educación como una aventura colectiva sostenida sobre los pilares de la colaboración.

Coordinador y Comisión de Evangelización/Pastoral. Reforzar las estructuras pastorales no contradice la teoría del Colegio, suya tarea evangelizadora incumbe a todos, pero ante la que no todos pueden ni deben desempeñar las mismas funciones. Por sentido de eficacia se impone una organización. “Coordinador de Pastoral” o “Delegado de Evangelización del Centro”, “Comisión de Evangelización” o “Pastoral”...: con el nombre que sea, lo importante estriba en asumir su función con sentido de delegación, no de responsabilidad última; un papel de mediador que, por una parte, hace de puente e integra la dimensión evangelizadora con las otras dimensiones educativas y, por otra, ofrece medios para lograr esas integración. Le(s) corresponde programar y evaluar la transversalidad del Centro y recoger los atisbos proféticos y críticos que puedan surgir desde cualquier estamento de la comunidad educativa, que nos llame la atención sobre el peligro de parálisis o desvío que toda gran institución comporta

Evangelizar, significa evolucionar, desarrollándose, progresar, multiplicarse, construirse, transformándose, realizar desde dentro, a partir de las potencialidades y oportunidades, de las condiciones reales que se tiene y también en conformidad con las metas que una persona o una comunidad se proponen alcanzar.

Evangelizar-educar, busca conducir, guiar, acompañar, desde una realidad y situación, hacia una meta o ideal; crecer desde dentro, desarrollando todas las riquezas y potencialidades que se tienen como persona y como comunidad, como el proceso de crecimiento, desarrollo y realización como persona, del cual cada uno principal responsable, sujeto y protagonista.

El Centro que evangeliza educando está llamado a formar parte profesionalmente competente, en medio de una cultura de la mediocridad. Esto no va en contra de la idea de un cosmos más cristiano y solidario. La problemática de la sociedad no se arregla sólo con buena voluntad ni con nobles ensueños, sino que precisa de gente bien equipada y forjada en la disciplina del estudio.

El Centro que evangeliza educando actualiza todo lo que significa la dimensión de formación humana: equilibrio personal, libertad responsable, convivencia y participación, servicio, sensibilidad social, sentido ético de la vida...

El Centro que evangeliza educando valora con estima todo el mundo para escolar, deportivo y de actividades de ocio y tiempo libre, dada su innegable incidencia en la vida de la juventud. La educación va más allá del aula.

El Centro que evangeliza educando conduce a toda la comunidad educativa a hacer el camino e la interiorización y personalización de la fe, proponiendo experiencias vitales que desemboquen en acciones trasformadoras de la realidad.

El Centro que evangeliza educando opta decididamente por la participación de los laicos en las tareas evangelizadoras.

El Centro que evangeliza educando entiende la obra educativa como un proyecto que admite y potencia la presencia y participación de los padres y madres.
El Centro que evangeliza educando asume ejemplarmente las exigencias seculares y busca ser un Colegio coherente en todos los aspectos: legales, técnicos, económicos, profesionales, pedagógicos...

El Centro que evangeliza educando revisa continuamente, por medio del auto y hetero-evaluación, su calidad de centro evangelizador como modo de conocer a dónde se quiere ir, de corregir errores, de establecer prioridades...

Don Bosco plasmó su ideal educativo en el lema “Da mihi ánimas cétera tolle” (Dáme almas y llevaos lo demás) ¿Cómo podemos traducir educativamente y encarnar hoy el lema salesiano? (cf. 2.4 Nuestra razón de ser: la evangelización de la juventud, prioritariamente la más pobre y en peligro, a través de la educación liberadora. Pp. 47-67)

La religión indica que la pedagogía de Don Bosco, es por naturaleza, transcendente en cuanto uno de los principales objetivos de su educación es formar al creyente; para Don Bosco el hombre formado y maduro es el ciudadano que tiene fe, pone en el centro de su vida el ideal del hombre nuevo proclamado por Jesucristo y testimonia sin respeto humano sus convicciones religiosas.

Así pues no se trata de una religión especulativa y abstracta sino de una fe viva, insertada en la realidad, forjada de presencia y comunión de escucha y docilidad a la gracia.

Donde el conocimiento de sí mismo, de valoración personal adquirir una adecuada auto-estima, desarrollando las propias cualidades, talentos y aptitudes, la formación en los valores que inspiran y guían toda la vida, y la formación para la libertad.

Estos jóvenes, necesitan verdaderamente una mano bienhechora que cuide de ellos, los cultive, los lleve a la virtud y los aleje del vicio. La dificultad está en encontrar la manera de reunirlos para poderles hablar y formarlos moralmente.

Promover el bien espiritual de la juventud, pues de su buena o mala educación depende un feliz o triste porvenir de las costumbres de la sociedad.

El descuido de muchos padres, el abuso de la prensa, el esfuerzo de los heréticos para ganarse secuaces, muestran la necesidad de unirnos bajo el estandarte de la fe para combatir por la causa del Señor, y así conservar la fe y las buenas costumbres en aquellos jóvenes que por ser pobres están expuestos a mayores peligros de su eterna salvación. Este es el fin de la congregación de s. Francisco de Sales iniciada en Turín en 1841.

i. ¿Cómo se realizan en nuestra acción educativa pastoral las cuatro dimensiones de la misión evangelizadora de Jesús y de la iglesia? (cf. 2.5 Evangelizadores de los jóvenes, hoy. pp. 67-86)

El primer paso es ayudar a los jóvenes a liberarse de todos los condicionamientos negativos y alienaciones que les impiden desarrollarse como persona, tanto materiales, como psicológicas y afectivas, de las cuales la principal es la pobreza que impide toda posibilidad de realización, cerrando las puertas hacia el futuro.

A este primer aspecto se une la acción constructiva de preparar para el trabajo, mediante el cual los jóvenes podrán hacer fructificar sus talentos e inserirse con competencias y responsabilidad en la sociedad.

Un factor importante en el desarrollo de la persona es la formación cultural, entendida no como la simple transmisión de nociones y conocimientos acumulados por la humanidad, o la asimilación de formas convencionales de hábitos y comportamientos, sino como la identidad misma de un grupo humano o de un pueblo, que abarca su manera de comprender su realidad, de representarla en una cosmovisión unitaria, y expresarla en un conjunto de códigos simbólicos, patrones de comportamiento y forma estructuradas de socialización; es decir, como el modo de ver la vida y de construir el mundo.

Este proceso de la educación, que empieza por liberar de los condicionamientos que bloquean el desarrollo personal, que se extiende a la preparación profesional y se profundiza con la apropiación y recreación de la propia cultura, se orienta y desemboca en el núcleo principal de la persona: la formación de una libertad responsable. La madurez, en efecto, llega a su plenitud cuando la persona adopta y organiza armónicamente un cuadro de valores, y un conjunto de motivaciones y convicciones que enriquecen y orientan toda su vida y acción.

Una educación integral de la persona comprende, así mismo, una sabia formación de la afectividad y de la sexualidad, que lo ayude a comprender y orientar en un proyecto de vida el dinamismo de crecimiento que lleva dentro de sí.

Finalmente el proceso de personalización proyecta al joven hacia el futuro concretando una opción vocacional, dentro de la sociedad y en la Iglesia que le dé pleno sentido a su vida.

Dos aspectos son decisivos en la transformación de la sociedad a partir de la educación:

En una sociedad desigual y excluyente, como las nuestras, la labor educativa debe, en primer lugar, educar para las responsabilidades éticas, sociales y profesionales. Esta tarea está implícita en el objetivo educativo salesiano de forma a los jóvenes como “buenos y honestos ciudadanos.

Por eso, debemos preguntarnos hoy qué significa ser “buenos ciudadanos” en sociedades a menudo sujetas a la injusticia, o atormentadas por problemas sociales, o donde los derechos humanos son conculcados pública e impunemente. Significa plantear consciente y explícitamente la formación social y responsabilidad ciudadana de los jóvenes que conduzcan a un compromiso activo y convencido en el campo social.

El artículo 33 de las Constituciones de los Salesianos, a la labor educativa –pastoral añade la acción expresada con dos verbos: “Rechazamos cuando favorece la miseria… y cooperamos con quienes construyen una sociedad más digna del hombre”. En el artículo 7 se afirma que con nuestra acción pastoral buscamos “el advenimiento de un mundo más justo y más fraterno en Cristo”.

El papel del grupo juvenil en el campo educativo es muy rico; se pueden destacar los siguientes aspectos:

El grupo representa para el joven, el ambiente más eficaz para su realización; el lugar donde puede crecer en el plano personal, afectivo y relacional.

El grupo es el espacio más inmediato para responder a la búsqueda del sentido de la vida, que en la edad juvenil constituye la búsqueda más significativa.

El grupo ofrece un espacio de creatividad donde es posible la apertura al mundo social y al territorio, la iniciación en un compromiso de servicio, de comunión y participación.

El grupo es fundamentalmente el lugar más adecuado donde es posible ofrecer al joven una vivencia de Iglesia y de comunidad en la que puedan vivirse los valores del Evangelio.

Por esto, el grupo es el mejor espacio para la búsqueda y desarrollo de la vocación como proyecto de vida.

El proyecto salesiano, como acción educativa y pastoral tiene, como objetivo esencial, la dimensión vocacional. La labor educativo-pastoral debe orientarse y culminar en suscitar el seguimiento de Jesucristo y el compromiso con la dilatación del Reino en la opción vocacional; es la meta y el coronamiento de todo el proceso de maduración humana y cristiana. Es innegable el puesto que ocupa en el proyecto educativo de Don Bosco la opción vocacional como respuesta a la llamada de Dios, en la que la “elección de estado” se presenta como “rueda maestra” de la vida y como el quehacer más importante de la edad juvenil.

Actuar y transformar.

¿Cómo ilumina la misión evangelizadora de Jesús de anunciar y construir el reino de Dios, mi propia misión como educador? ¿Qué implicaciones trae para mí?

Viendo cómo son planteadas las dimensiones de la evangelización educativas en las constituciones salesianas (de los SDB y FMA):

¿Cómo se están implementando o realizando en la comunidad educativa a la que perteneces y que tareas de mejoramiento o fortalecimiento se deberían implementar para que se puedan realizar plena mente la misión salesiana de EVANGELIZAR EDUCANDO a los jóvenes con quienes estamos llevando a cabo la misión Salesiana?

1.¿Cómo ilumina la misión evangelizadora de Jesús, mi propia misión como educador?

Como formador de jóvenes, hoy estoy comprometido con desarrollar una metodología en donde se cultiven condiciones de posibilidad para educar en la trascendencia y en la experiencia personal interior y mística, que lleva a intuir que todo está habitado amorosamente por Dios. Desde ahí, el alumno comprenderá muchas posturas contraculturales como la gratuidad, la misericordia, la libertad que hace justicia al débil, la responsabilidad definida como apertura generosa al otro. Es así como los hijos de don Bosco bebemos comprometernos a:

Pelear y fraguar una Escuela Evangelizadora motivada por una vivencia de Dios que genera en ella la necesidad de decirse (Hch. 4, 20: “No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído”) y en la que brote, más espontánea y libre, la transmisión de nuestra razón de ser, que no es otra que el Señor (Flp. 1, 21: “para mí la vida es Cristo”).

Promover una formación social que, además de cimentar los contenidos doctrinales de la Iglesia, lleve a los jóvenes a la comprensión personal de la unidad fe-justicia y a opciones de solidaridad, voluntariado y servicio en un tiempo histórico dominado por la competitividad, el individualismo y la indiferencia ante el otro.

Mantener viva la preocupación por los alumnos más necesitados, más desestructurados por situaciones familiares, más limitados por carencias físicas o psíquicas, más en desventaja por motivos, étnicos, culturales, económicos... y que son merecedores de una especial solicitud, siguiendo la terminología de P. Ricoeur para expresar la incondicional apertura al prójimo. En consecuencia, luchar por desterrar la imagen generalizada de una escuela evangelizadora que no está abierta a los débiles, los inadaptados, los excluidos y que no es receptiva al diálogo con las culturas emergentes.

En este sentido, hacer de la atención a la diversidad un distintivo que identifique la acción educativa de la escuela evangelizadora, de manera que el debido interés por la calidad y excelencia educativa no la convierta en una escuela de élites, en la que se que se lucen los éxitos de los triunfadores y se ocultan a las víctimas de un proceso educativo pensado sólo para los mejores.

Fomentar nuevas formas de relación entre las distintas instituciones religiosas, incluida la Iglesia local y diocesana, para encarar los crecientes desafíos de la educación en la fe y la evangelización, frente a particularismos de carismas cerrados y excluyentes.

Finalmente, y con sentido práctico, cuestionarse y responder adecuadamente acerca de la repercusión que supone la dinamización de la escuela en función de su dimensión evangelizadora: en la jerarquización de las prioridades, en el organigrama, en la planificación de actividades, en la preparación del calendario, en la política de formación del personal docente y no docente, en el régimen económico, en la implicación con las familias.

¿Qué implicaciones trae para mí?

Existen diversas implicaciones para implementar y estar en concordancia y coherencia con la misión Evangelizadora del sistema preventivo de Don Bosco.

Desde hace mucho tiempo NO se vislumbra una unidad entre las políticas educativas que plantea el Ministerio de Educación Nacional a través de la Secretaría de educación y la práctica educativa desde la visión del sistema preventivo de Don Bosco. No existe un estudio en torno a esta problemática y por ello muchas veces todo queda en el hacer y dejar pasar.

La dinámica educativa va por un lado y por otro, el oratorio, el movimiento juvenil salesiano y demás, que solo se congregan puntualmente.

La bondad de Don Bosco y su filosofía no se contrapone a que existe una exigencia pedagógica en pro de estimular la calidad humana.
El decreto 0230 permitió que los jóvenes cayeran estrepitosamente en la potenciación de sus dimensiones cognitivas, procedimentales y actitudinales y la institución al igual cayó en este juego.

Ahora con el decreto 1290 se piensa continuar con la misma iniciativa con el sofisma de mantener a los jóvenes, así acaben con la misma filosofía. Opino que al manifestarse de la manera irrespetuosa como actualmente se presentan, o no se está educando desde la filosofía salesiana o se carece de identidad y por ello hay que replantear la misión y la visión, ellas deben ser certeras y eficaces en pro de salvar un sinnúmero de muchachos, pero con una verdadera calidad salesiana.

Si se desea que todos aquellos que no asumen esta propuesta estén en la institución, entonces hay que plantear unas acciones diferentes que los modifique y los ponga en contexto.

Considero que para apaciguar y minimizar los sinsabores de esta emergencia educativa por la cual atravesamos solo será posible con impregnar el sistema educativo de don Bosco con una exigencia educativa que garantice la coherencia y articulación de sus principios filosóficos en el entramado de las políticas educativas de MEN de modo tal que haya una verdadera practica evangelistica y educadora desde la visión de Don Bosco. Este no rompe con que triunfe el respeto al joven, a su grandeza y fragilidad y a su dignidad de hijo de Dios, al contrario lo acerca con conocimiento de causa, sabe que si estudia en una institución de esta categoría su misión a de ser de fidelidad carismática de tal modo que su estándar a seguir sea Don Bosco. Por ello, la matemática debe destilar el aroma de Don Bosco, el lenguaje debe destilar el aroma de don Bosco, toda área del conocimiento ha de ser un vehículo que expande el olor de la filosofía de Don Bosco.

Un aspecto más es que en los últimos avances de la neurociencia se admite que el cerebro no entiende de libertad que para fortalecer la construcción de conocimiento y sabiduría se requiere de los estados presión de tal manera que las neuronas asimilen la directriz y se pongan en marcha. Ser permisivos, con el sofisma de por “amor a los jóvenes” ha roto la empresa de que sus egresados sean unos verdaderos cristianos y excelentes ciudadanos. También considero que en la degradación cultural y ambiental del contexto latinoamericano y mundial no solamente ha incidido las fauces del imperialismo salvaje, sino que nadie ha intentado oponerse a sus intenciones. Por ello, si los salesianos tienen un tesoro ( el sistema preventivo de Don Bosco) con el cual hay que impregnar los contextos de cada una de las casas, con la unidad como un baluarte de la inteligencia colectiva ya que es una opción sabia, que con la practica investigativa en todos los campos educativos postule para el mundo un nuevo paradigma.

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